No sé si escucháis ‘El Larguero’ (CadenaSer). Yo lo hago casi todas las noches, más por rutina que por adicción. Ayer se produjo una discusión entre los comentaristas/analistas en torno a lo ocurrido
anoche en el partido de Mestalla.
Valencia-Dépor: suspendido por un monedazo a un linier.
Me sentí un poco defraudado con De la Morena (Director de programa) y con Manolo Lama, y sin embargo, Paco González me demostró ser bastante integró y sin duda ahora le veo de otra manera. La cuestión es que en los niveles en los que se mueven estos periodistas, con sus millones de oyentes de audiencia en radio y televisión, con sus apariciones publicitarias, con sus libros, artículos en periódicos, etc. son algo más que meros plumillas. Son líderes de opinión con mucho poder. Pueden conseguir linchamientos o pueden crear héroes.
No sé si José Ramón se habrá dado cuenta ya, pero se ha convertido en otro José María García. Muchas veces hasta sus ‘discursos’ son similares en tono y estilo. Y se encasquilla con facilidad:
- No puede hablar del Bilbao sin referenciar el caso Gurpegui.
- Desde hace unos años, siempre que Bustillo lee los resultados de segunda división hace referencias al Jerez, y descalifica al alcalde local.
- Cuando habla del Barcelona, sólo existe Iniesta y el torneo alevín que organiza en Brunete.
- El otro día fue incapaz de recriminar a Etoo su mal gesto mientras que crucificó a otros como Alfaro.
A veces estoy de acuerdo con él, pero otras muchas, se excede. Y siempre lo hace con ese tono de ‘paleto de pueblo’ estilo Sancho Panza cuyos razonamientos son tan sencillos que parece imposible que sean falsos.
Una de sus cruzadas es el tema arbitral. Tiene mucha razón al decir que los árbitros son malos, muy malos, y que existe mucha ‘corrupción y mala sangre’ dentro del arbitraje español. Pero ayer, cuando el linier fue agredido, intento durante diez minutos convencernos casi de que la culpa de todo era del árbitro y de Villar (Presidente FEF). Se olvidó del hecho auténtico:
Se olvidó que Quique Flores (Valencia CF) había calentado a la afición, que Caparrós (Deportivo Coruña) había estimulado con audio al estilo Apocalipsis Now a sus jugadores, que los presidentes se fueron de la boca, que llevábamos unos días aumentando la espiral de violencia en el fútbol con personas como Clemente y Etoo, y se olvidó de lo más importante: que sigue habiendo gente ‘incalificable’ que es capaz de pegarle un monedazo a un linier. Y digo moneda, aunque en los campos de fútbol se ha visto caer de todo.
Paco González, defendió al linier durante la retransmisión del partido y más tarde, junto con Santiago Segurola (El País) puso en evidencia a De la Morena, a Lama y a Relaño (AS) que se cerraron en la sobreactuación del linier herido para atacar a los árbitros. Podía haberse callado, pero en vez de ello expuso los argumentos más razonables que se pueden tener: acabar con la violencia en el fútbol. No le importó dar palos a Flores, amigo suyo ni enfrentarse a sus compañeros en antena.
Paco González no es un palmero más. Es un profesional maduro e integro.
Continuará.